miércoles, 3 de diciembre de 2008

Relaciones Internacionales II



Kaori nació en Tokio, Japón; Paul en Waterloo, Canadá. Se conocieron en julio del 2007 en un club de salsa de Tokio. El trabajaba allí para un banco, ella había vuelto poco tiempo antes después de haber trabajado para Disney en Orlando, Florida. Ese día, él cumplía apenas tres semanas de los cinco meses que duraba su contrato con el banco.
“No hablamos al principio; sólo bailamos. Tuvimos una conexión --bailando salsa, claro. Esa noche intercambiamos números de teléfono”, recuerda Kaori. Fueron buenos amigos durante dos meses, en que compartieron clases de salsa.
La atracción era innegable, pero no estaban convencidos de empezar una relación “en serio”, porque Paul se iría un mes después y ninguno de los dos había tenido antes un relación estable. Entonces, recibieron una noticia esperanzadora: “El banco ofreció a Paul un trabajo para cuando se graduara, en agosto de 2008. Hasta entonces habíamos mantenido una relación sin demasiado compromiso, aunque todo el tiempo que pasamos juntos fue perfecto: divertido, dulce, emocionante”, afirma Kaori. “Cuando se fue de Japón me puse muy triste, pero sabía que debía continuar con mi vida y ser feliz para que él no se preocupara por mí”
“Los dos tenemos muchos amigos y muchas cosas que hacer”, explica Paul, “lo que nos pasa es que sentimos una atracción muy fuerte el uno por el otro y nos mantenemos ocupados mientras no podemos vernos.”
Durante el tiempo que pasaron separados se enviaron mensajes contando los días hasta la visita de Kaori, planearon hacer samuráis de nieve en el parque de la casa de Paul durante el frío invierno canadiense.
Kaori visitó a Paul en Canadá en enero. Dice que reforzó lo que sentía por él viéndolo día a día. “Lo amo como hombre, como persona, amo su buen corazón y su bondad. Me sorprendió cuánto cuida a su familia. Paul es digno de respeto”, lo ensalza. “En Canadá descubrí que Paul es mi hombre y quiero estar con él, por lo que estar esperando vale la pena”.
Pero pasaron cinco meses desde entonces. “Es muy frustrante –se lamenta ella.. porque sólo hablamos dos o tres veces por semana vía Skype y nos dejamos mutuamente mensajes y videos de salsa en Facebook así aprendemos nuevos pasos para hacer juntos.”
Tras la visita de Kaori, se multiplicaron los “Paul-kun I miss you” (Paul-kun te extraño) y “Kaori-chan I miss you too” (Kaori-chan yo también), y los videos de salsa, y las noticias diarias en sus páginas de Facebook.
Paul le escribió en Facebook, a la vista de todos sus contactos: “Te extraño, mirá el pescado que cociné hoy para la cena”. Al lado, hay una foto de un plato sobre el que yace un pescado con la boca abierta y los ojos blancos. Kaori respondió: “Es como si me estuviera mirando, me da miedo. ¿Cómo lo cocinaste?”. Paul puso allí la receta.
Prefieren Facebook, porque es más directo que un email y les resulta difícil encontrarse por teléfono. “Es muy complicado por la diferencia horaria. Si hablaramos todos los días por teléfono o Skype alguno de los dos no dormiría” explica Kaori.
Pero Kaori aclara: “La única razón por la que seguimos juntos es porque eventualmente nos vamos a ver”.
Ella no teme que Paul encuentre a otra mujer. “Si uno se embarca en una relación de este tipo es porque entiende al otro, hay una conexión que puede mantenerse aunque no haya contacto físico todo el tiempo. Además, si Paul me engañara con una mujer, yo diría que fue el destino. Si logramos seguir juntos va a ser obra del destino también” se jacta Kaori.
Paul confiesa que luego de la visita de Kaori tuvo la posibilidad de “tener algo” con una bailarina de salsa norteamericana durante una conferencia de salsa en Detroit. “Hubiera sido cuestión de que yo respondiera a sus insinuaciones, totalmente evidentes” afirma, y agrega “pero la verdad es que tuve mucho tiempo para estar con cualquier chica como para engañar a la mujer que más me entiende en el mundo ahora que la encontré.”
Sin embargo, ninguno de los dos tiene demasiadas certezas sobre cómo será su vida cuando ambos vivan en Tokio, ya que ella ha cambiado de trabajo dos veces en los últimos seis meses. “Ella no fue a la universidad, y tiene por lo general trabajos de hotelería o turismo. No quisiera que Kaori deje de hacer nada por mi, aunque espero que el destino no la aleje de Tokio ahora que pronto vamos a estar juntos.” Kaori, por su parte, afirma que “la llegada de Paul va a ser un alivio, quiero pasar con él todo el tiempo posible y que sea posible hablar sin arreglar un horario dos días antes.”

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